El Ovni de 1500 metros de largo que desconcertó a ufólogos.


No hubo un gran seguimiento de la prensa. Ni muchas preguntas ni muchas respuestas, y lo curioso es que lo que ocurrió podría considerarse el avistamiento de ovnis de mayor tamaño jamás registrado.


Comienza toso con el capitán Ray Bowyer de la aerolínea Aurigny Air en un trayecto desde Alderney hasta Southampton, en la costa suroeste de Inglaterra. 

Era un vuelo sencillo y corto, de 130 kilometros y apenas 45 minutos en el que, de pronto, un objeto volador no identificado de color amarillo con una banda grisácea que atravesaba un fuselaje extremadamente alargado (la relación entre la longitud y la altura del mismo era de 15 a 1), apareció ante la sorpresa de toda la tripulación, que se lanzó a verlo con los prismáticos que se guardaban en la cabina del piloto.


Se descartó automáticamente como un avión o cualquier artefacto conocido de inmediato por sus proporciones. Y no está solo. Lo más increíble es que no era uno, si no que eran dos los objetos colosales que volaban entre Francia e Inglaterra aquel día. Eran demasiado grandes.

Afirmó el mismo capitán Bower en una rueda de prensa celebrada en el mismo año en donde se realizaban unas ruedas de prensa.
El objeto, situado a unos 65 kilómetros de distancia desde su posición tuvo que medir un mínimo de 1700 metros de longitud, casi dos veces la altura del gigantesco edificio Burj Khalifa, en Dubai. Casi nada.

El capitán Ray bower

Al bajar a una altura de 600 metros, los pilotos dejaron de tener una buena visibilidad para observar bien el inmenso objeto, que por otra parte, dio eco de radar en los radares de la sala de control del Aeropuerto de Jersey durante al menos 55 minutos.

Hablamos de un tamaño absolutamente colosal, un encuentro con algo que trasciende las leyes físicas y que pudo ser contemplado por todo el equipo que llevaba aquel avión de la Aurigny Air Services. Pasó hace cuatro días, como quien dice, pero el recorrido de la información fue más que pequeño.

¿Qué tipo de mecanismos y resortes funcionan y actúan en este tipo de incidentes para para que la prensa no se acerque masivamente? ¿Quién lo tapa, las propias aerolíneas, los testigos o los ejércitos que temen una revolución o estallido social ante lo que podría ser una reacción de miedo y pánico ante semejantes estructuras?



El increíble ovni del Polo Norte

Aunque, el testigo no pudo determinar exactamente la altura de ambos objetos, pero llegó a compararla con la de un vuelo de un avión 767 en las mismas condiciones, eso sí, realizando un espectacular arco de 15 grados mientras reflejaba delicadamente en su fuselaje los primeros rayos del sol. Para haberlo visto…

Y vaya, no crean que esto son raras avis del fenómeno. Hasta el día de hoy se han registrado varios incidentes con ovnis inmensos a cada cual más emocionante. Los encuentros de diferentes pilotos con lo desconocido han protagonizado eventos prácticamente de película de Hollywood.


Escenas de persecuciones, tensión, incomunicación, grabaciones en radar, acercamientos extremos… y la sensación de estar ante algo mucho más avanzado que los mayores sueños que pueda tener el hombre. En este sentido tenemos que viajar al 17 de noviembre de 1986, al vuelo 1628 de la ruta Tokio-París con escala en Islandia y Anchorage, y nos metemos en ese Boeing 747 de Japan Airlines volando a 10.500 metros, y a 215 º sobre el N.E de Alaska. Estamos cerca del círculo polar ártico y el capitán Kenju Terauchi, con más de 10 mil horas de experiencia de vuelo a cuestas pide un café a su azafata de vuelo. Todo va bien. La altura es estable. El combustible es el esperado. Las comunicaciones son fluidas y ven el atardecer detrás del avión. Los pasajeros están tranquilos. Un vuelo aparentemente normal. Aparentemente.

Según quedó registrado en las comunicaciones con la torre de control de Alaska, cerca del aeropuerto observan 2 luces amarillentas en el horizonte. Raro. No deberían estar ahí. Terauchi junto con su tripulación de dos hombres (el copiloto Takanori Tamefuji y el ingeniero de vuelo Yoshio Tsukuba) notaron la presencia de dos luces brillantes de colores blancos y amarillos al lado izquierdo, cerca del avión. Están seguros.

La comparación del tamaño del ovni con el avión es increíble

Una aparece a las 11 de su posición y a 887 metros de altura a 2-3 millas (3.5 KM) volando en paralelo al avión a una gran velocidad. De hecho, a su misma velocidad. Aquello debía tener esa mezcla infinita de sorpresa, fascinación y pavor que sólo el fenómeno ovni es capaz de proporcionar. Son unas brillantes luces blancas y amarillas.

Van delante de ellos y saltan “como dos oseznos que estuviesen jugando”, según declaraciones de Terauchi.

Debíamos hacer algo. El piloto japonés encendió su propio radar digital en color y aunque éste estaba destinado a captar las condiciones atmosféricas y no objetos sólidos, registró también una imagen de dos objetos. No podía ser posible. Debido a este extraño hecho, el piloto informó al Centro de control aéreo de Anchorange (Alaska). A ver qué respondían…

El controlador aéreo le confirmó que ellos también tenían dos objetos en el radar. Fue entonces cuando se decidió que el avión diera un giro de 360 grados para evitar la colisión y descender a 10.000 metros. El movimiento en espiral tenía sus riesgos, pero al parecer evitó un posible contacto con los objetos en rumbo de colisión hacia ellos. Después de esta arriesgada maniobra, el piloto creyó que los ovnis habían desaparecido y, sin embargo, el control aéreo, según su radar militar, le indicó que los dos objetos se encontraban ahora detrás de la aeronave. 


Esto en términos militares poco menos que es una declaración de poder. Nuestro pequeño avión de carga 1628 estaba a merced.
Minutos después ambos pilotos descubren que entre esas dos luces (que ahora se encontraban más cerca del avión pudiendo distinguir sus formas) se hallaba un tercer objeto mucho más grande, al que el copiloto Tsukuda describe como “una nuez pelada”. 

Era tan grande como dos portaaviones norteamericanos (30-40 veces mayor que el boeing 747) y tan sólido como un reactor. Un objeto físico… que venía como loco en dirección contraria con las luces encendidas. El estupor en la cabina fue total.
Tras varios minutos observando el titánico ovni los pilotos se dan cuenta que los objetos ahora volaban con ellos, poniéndose a su velocidad a casi 1000 km/h.

Les estaban siguiendo haciendo unas maniobras imposibles de realizar por cualquier avión hecho por el hombre de esas dimensiones.

Después de repente, los dos ovnis más pequeños se elevaron y se colocaron directamente junto a la ventanilla del piloto, casi como si quisieran saludar.

Se acercaron tanto al avión (a menos de 100 metros) que los dos pilotos sintieron “calor en la cara”.

En este punto de la historia, el piloto tomó cartas en el asunto y se comunicó con la torre de control para informar de todo lo que estaba ocurriendo. El controlador aéreo envió un avión de la United Airlines a la posición del vuelo 1628 para percatarse de esta presencia, pero en ese momento, el extraño objeto desapareció. 

En total, el avistamiento de Kenju Terauchi duró aproximadamente cincuenta minutos en los cuales Terauchi obtuvo permiso de los controladores para realizar maniobras de evasión, pero no pudo librarse de los Ovnis en 800 kilómetros. La torre desde tierra llegó a preguntar incluso si deseaban la intervención de un bombardero F-15 pero el capitan Terauchi se negó, alegando que podría ser peligroso.

No cabe duda que seres de otros planetas están visitándonos frecuentemente, ¿Pero con qué fin vienen a nuestra tierra? ¿Será acaso que quieren gobernar a la raza humana? ¿Talvez vienen a ayudarnos? ¿Tú qué opinas?

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